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2005. El mundo se debate entre
avanzar y retroceder, parado al borde de una puerta obscura y ciega. El
miedo de cruzar, la convicci�n que se quiere abandonar de volver a la
seguridad de lo primitivo.
El olvido de la sangre del pasado (la
perdida y la ganada) y la incoherencia que se implanta como realidad,
adhieren cada m�sculo, cada parte, como c�lulas de un todo.
Pensar
las ideas de otros, avanzar por caminos recorridos no es impotencia. Es
casi el modo m�s sublime del pensamiento. Es el mejorar ideas ajenas en
busca de un claro en la idiotez, un descanso en la locura universal, un
sabbath que no muera. |
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